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Feijóo rebate el “triunfalismo” del Gobierno y afirma que la economía española “tiene problemas”

elpais.com

Alberto Núñez Feijóo ha reorientado su estrategia y ha retomado el discurso económico después de semanas centrado en la corrupción en torno al PSOE. El giro táctico del líder del PP, que regresa al guion tradicional de la derecha, se produce en un contexto de dudas internas en el partido sobre cómo frenar a Vox, que arrebata a los populares más de un millón de votos este otoño, según las encuestas. Los barones pedían a Feijóo volver a las tablas de la ley del PP, esto es, a los impuestos y la economía. El jefe de los conservadores se ha puesto a ello, rebatiendo el “triunfalismo” del Gobierno, ha afirmado este lunes, sobre la economía española. “Más allá de discursos triunfalistas, la economía española tiene problemas que abordar”, ha subrayado Feijóo en el congreso de la economía familiar, un foro afín en el que ha dibujado una presión fiscal “asfixiante”, un país “subsidiado”, y ha prometido bajadas genéricas de impuestos.

Feijóo ha aprovechado su presencia en el XXVIII Congreso del Instituto de la Empresa Familiar, que arrancó esta mañana en Burgos para contrarrestar el discurso en lo económico del Gobierno. “España vive un fuerte problema de desafección por varios motivos íntimamente relacionados”, sostuvo. Entre ellos destacó la presión fiscal que, en su opinión, asfixia el país. “Llevamos 97 subidas de impuestos en los últimos años: seis subidas en el impuesto de Sociedades, 16 nuevos impuestos que afectan a las empresas de forma directa o indirecta. Y 15 subidas de cotizaciones sociales. Y ahora una más, otra a los autónomos. Esta sería la décima subida para los autónomos”, ha enumerado el jefe de los populares.

En su opinión, esa presión fiscal se quiere disfrazar de progresismo. “Y no hay discurso de progreso que justifique asfixiar al que produce. No hay justicia social si el que trabaja paga cada vez más y el Estado gasta cada vez peor”, ha añadido. El líder del PP consideró que un gobierno que ve a la empresa como adversario está condenado. “España necesita justamente lo contrario. Una alianza moral con sus trabajadores, con su tejido productivo, con quienes sostienen la economía. Una alianza con honestidad, con reglas claras, con impuestos razonables y con seguridad política”.

Frente a las cifras históricas de recaudación por impuestos, el líder del PP rechazó que esto pudiera ser considerado como un éxito y lo calificó como un síntoma de “abuso”. “En 2024, los españoles hemos pagado 142.000 millones más en impuestos de lo que pagamos en 2018. Es decir, un 42% más. En los ocho primeros meses de este año, los españoles hemos pagado 28.000 millones más que el año pasado”, ha criticado. En su intervención citó como segundo gran elemento de desafección con la ciudadanía el hecho de que el dinero público no se traduzca en mejores servicios y más calidad de vida. “Lo que crece no es el progreso, lo que crece es la frustración. Pagamos más que nunca, pero vivimos peor”, puntualizó Feijóo, que añadió que el 90% de los españoles ha perdido poder fiscal.

El PP había dejado en un segundo plano el discurso económico con el argumento de que la agenda judicial que afecta al Gobierno impedía abrir otros frentes de oposición. Pero los populares tenían dificultades también para morder por ese flanco al Ejecutivo por la buena marcha de la economía española. El Fondo Monetario Internacional situó a España la semana pasada como la gran economía avanzada que más crece en los últimos años. A ello se suman los buenos datos del empleo, que con más de 500.000 ocupados adicionales en el último año, se sitúa en récords históricos de afiliación —con 21,6 millones— y en una tasa de paro cercana del 10,3%, la más baja desde la crisis de 2008.

Feijóo no puede, por tanto, abonarse a los discursos de tinte catastrofista que utilizó nada más llegar a la dirección del PP, en 2022, cuando llegó a pronosticar que se avecinaba una crisis que nunca se produjo. “Nos dirigimos”, dijo en julio de ese año, “todavía con mayor intensidad, a una profundísima crisis económica”.

Pero el PP pretende explotar, no obstante, el contraste que también existe entre los buenos resultados del PIB y del empleo y el deterioro de la percepción social sobre la economía que provoca el encarecimiento de la cesta de la compra, los salarios —en el mejor de los casos, estancados— y, por encima de todo, el coste de la vivienda.

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