El Banco de España constata que la actividad y los resultados de las empresas se dispararon en 2022
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Contrariamente a lo que podría suponerse para 2022, con una situación económica altamente preocupante que se encontró con el inicio de una guerra en Ucrania que provocó serios desajustes en los precios de la energía y como derivada en el resto de componentes como los alimentos, que aún persisten, las empresas ha mostrado el signo contrario al mejorar notablemente su actividad.
De hecho, según se pone de relieve en la muestra trimestral de la Central de Balances (CBT) del Banco de España, la cifra de negocios, los resultados y la rentabilidad de las empresas no financieras que componen esta muestra, experimentaron un importante repunte en 2022, con incrementos del 41,3%, del 91,3% y del 5,5%, respectivamente, sobre el ejercicio precedente.
En concreto, la cifra neta de negocios de las empresas creció en 2022 a un ritmo del 41,3% frente al incremento del 20,7% que experimentó la muestra en 2021. Esta evolución positiva se observa en todos los sectores, si bien, destaca el dinamismo del sector de la energía en 2022 que contribuyó con 16,7 puntos al crecimiento total.
El beneficio ordinario neto creció en un 91,3% en 2022 (frente al 32,1% de 2021), destacando de nuevo la contribución del sector de la energía con 26,7 puntos respecto al total. Esta evolución se explica fundamentalmente por el aumento del valor añadido bruto (VAB) en un 21,4% y de los ingresos financieros en un 69%, según el Banco de España.
Esta tendencia, que se fue observando a lo largo de 2022, a medida que se iban conociendo los resultados de las empresas de este sector, fue el detonante que provocó que el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos presentase en el Congreso la proposición de ley que permitiría gravar durante dos años a las grandes empresas energéticas y financieras de España y que tanta polémica levantó y sigue levantando.
El objetivo del Ejecutivo era recaudar 3.500 millones de euros cada ejercicio con estas dos nuevas figuras tributarias. A grandes rasgos, la que afecta al sector energético contará con un tipo del 1,2% sobre el importe neto de la cifra de negocios anual de las compañías que facturen más de 1.000 millones de euros anuales, mientras que la que se circunscribe a la banca dispondrá de un tipo del 4,8% que afectará a las comisiones e intereses de las entidades que entre ambos conceptos alcancen los 800 millones.
Las cifras adelantadas por Hacienda muestran que las grandes empresas del sector energético han abonado 817,4 millones de euros en el primer pago del impuesto temporal que gravará los beneficios extraordinarios en los años 2022 y 2023. Por su parte, las entidades bancarias han desembolsado por el mismo concepto otros 637,1 millones. En total, 1.454 millones de euros correspondientes al pago anticipado, un desembolso a cuenta que las compañías afectadas tenían que hacer antes del 20 febrero.
Además, la ratio de rentabilidad del activo se situó en el 5,5% en 2022 frente al 4% de 2021, alza justificada principalmente por el incremento del resultado ordinario neto.
Destacó el aumento de las rentabilidades de los sectores de comercio y hostelería y de industria, que duplicaron sus valores para el 2022 (de 6,9% a 11,2% y de 5,5% a un 10,9%, respectivamente), si bien en el caso de la industria este incremento vino marcado por la evolución expansiva del refino en el último ejercicio.
Respecto al empleo y los salarios, el número medio de trabajadores pasó de crecer aproximadamente un 3% en 2021 a un 3,5% en 2022, mientras que los gastos de personal por trabajador crecieron casi un 3%, frente a algo menos del 1% en 2021.
Los gastos de personal a nivel general crecieron en torno a un 6,5% en 2022 desde algo más de un 3% en 2021, según consta en los gráficos de la Central de Balances.
La Central de Balances Trimestral (CBT) del Banco de España está compuesta por la información de unas 900 empresas no financieras cuya cobertura en términos de valor añadido bruto (VAB) respecto al total de sociedades no financieras se sitúa alrededor del 12%. Conviene señalar que las empresas industriales, energéticas y de gran tamaño se encuentran sobrerrepresentadas respecto de la población de sociedades no financieras.