Shakira acusa a Hacienda de manipular y de querer “quemarla en la hoguera pública”
elpais.com
La cantante colombiana Shakira ha compartido este miércoles una extensa y dura carta en la que ofrece su versión de los hechos respecto a la batalla legal que ha mantenido con la Agencia Tributaria española en los últimos años. La artista acusa al organismo de manipular su residencia fiscal, de haber actuado con “prejuicios machistas” y de haber intentado “quemarla en la hoguera públicamente”, más interesada en el espectáculo mediático que en escuchar sus razones, según explica en la misiva publicada por El Mundo.
En 2023, Shakira sorprendió a muchos al admitir un delito fiscal relacionado con su residencia en España entre los años 2012 y 2014, lo que la llevó a pagar una multa de más de siete millones de euros. Sin embargo, en su carta, la cantante insiste en que asumió esta responsabilidad “no por cobardía ni culpabilidad”, sino para proteger a sus hijos y evitarles el sufrimiento de un proceso judicial prolongado en el que fue objeto de todas las cámaras.
Shakira comienza su relato recordando cómo en 2023 vivió bajo una intensa presión mediática, con cámaras que seguían cada uno de sus pasos, ansiosas por captar cualquier signo de debilidad o desmoronamiento personal. Expone que el juicio mediático que rodeó su divorcio con el entonces futbolista del Fútbol Club Barcelona, Gerard Piqué y las acusaciones fiscales fue un espectáculo demasiado tentador para la prensa y, desafortunadamente, también para algunas instituciones del Estado, que parecieron más interesadas en exponerla públicamente que en garantizar un proceso justo. En este sentido, la famosa cantante afirma que la Agencia Tributaria confundió y manipuló intencionalmente los hechos, creando una narrativa que la presentaba como una ciudadana que intentaba evadir sus responsabilidades fiscales.
Uno de los puntos centrales de la carta es la crítica de Shakira al enfoque de la Agencia Tributaria, que según ella mezcló de manera intencionada su deseo de mantener una relación con Piqué, quien residía en España por razones laborales, con una supuesta “vocación de permanencia” en el país. Según la cantante, sus visitas a España en esos años no implicaban una intención de establecerse de manera permanente, sino que estaban motivadas por su relación sentimental, y recalca que esto le generaba “muchísimas complicaciones” en su carrera profesional, que la mantenía activa en diferentes partes del mundo. “Desde el principio supe que el artificioso relato de la Agencia Tributaria confundía y manipulaba dos intenciones completamente diferentes: una era el deseo de establecerse en un país y otra, muy distinta, el deseo de que prosperara una relación que se desarrollaba en ese país”, explica. “Cambiaban lo uno por lo otro para convertirme así en residente fiscal desde 2011 y crear unas obligaciones que no existían”, añade la colombiana.
En 2018, la Agencia Tributaria denunció a la cantante por un delito fiscal al considerar que entre 2012 y 2014 habría residido en España, por lo que debería haber tributado en el país por la mayor parte de sus ingresos generados en todo el mundo. Hacienda alegó que en esos cuatro años debió haber pagado el IRPF, lo que se tradujo en la acusación de fraude por 14,5 millones de euros. Shakira aceptó una multa de 7,3 millones y eludió así la prisión.
Por eso, la cantante también denuncia lo que considera un tratamiento desigual y excesivo por parte de la Agencia Tributaria, que según ella se ha empeñado en presentar “trofeos de caza” para recuperar su credibilidad. Relata cómo, a pesar de haber cumplido con sus obligaciones fiscales en otros países, sus finanzas fueron examinadas minuciosamente por la Agencia Tributaria española, mientras que otros organismos internacionales, como el IRS de Estados Unidos, nunca encontraron irregularidades en su situación financiera. A pesar de ello, recuerda, un alto funcionario de la Agencia Tributaria la criminalizó públicamente antes incluso de que comenzara el juicio, un acto que Shakira considera una clara violación de su derecho a la presunción de inocencia.
En su opinión, si en lugar de ella hubiera sido un hombre estadounidense quien viajara a España por razones similares, las autoridades no habrían asumido que estaba buscando arraigarse en el país. Para Shakira, este enfoque revela un “machismo estructural” que sigue presente en ciertos sectores de la administración pública.
Shakira no solo se defiende en su carta, sino que también reflexiona sobre el impacto personal y financiero que ha tenido este proceso en su vida. Asegura que su “década española”, que coincidió con su relación con Piqué, fue una “década financieramente perdida”. A pesar de haber dado 120 conciertos en 90 ciudades alrededor del mundo, afirma que todos los ingresos generados durante ese periodo fueron absorbidos por el Estado español. La artista considera que el acuerdo que firmó en 2023 fue una decisión difícil, pero necesaria para proteger a sus hijos y permitirles continuar con sus vidas sin el constante peso de las acusaciones sobre sus hombros. Para Shakira, este acuerdo no implica una aceptación de culpa, sino una medida para salvaguardar el bienestar de su familia.